En el deporte moderno, cada día es más frecuente el entrenamiento en altitud como método de mejora del rendimiento deportivo respecto a los resultado hallados a nivel del mar. Hechos tan significativos como el dominio de las pruebas atléticas de medio fondo y fondo de los atlestas kenianos, que viven y entrenan a una altitud aproximada de 2000 metros, inducen a este tipo de entrenamiento, cuyo beneficio, sin embargo, ha de ser todavía objeto de profundo estudio.
El entrenamiento en altura va a conllevar en el organismo una serie de adaptaciones de tipo fisiológico, que van a condicionar el rendimiento, y a largo plazo va a producir unos beneficios que más adelante explicaremos,
Las adaptaciones principales que se suceden en el organismo son las siguientes;
1- ADAPTACIONES DEL SISTEMA RESPIRATORIO
La realización de cualquier actividad física en altitud, conlleva un aumento de la ventilación pulmonar y de la frecuencia cardíaca respecto a los valores observados a nivel del mar. A su vez, la falta de oxígeno produce un descenso del consumo máximo de oxígeno (V02 max) y, por tanto, en el rendimiento aeróbico.
La reducción de PO2 ambiente (presión de oxígeno) disminuye la diferencia existente entre la presión parcial de oxígeno en el aire alveolar y la de la sangre capilar, lo que condiciona un descenso del paso de oxígeno por la membrana alaveocapilar, y la limitacion de la capacidad de trabajo. Esta caída en la saturación de la oxihemoglobina cuando la potencia del ejercicio aumenta, indica una limitación de la difusión pulmonar.
Se ha observado que ante la exposición aguda a altitudes entre 900 y 1500 metros, los deportistas experimentan una disminución significativa del VO2 max ya a partir de los 900 metros, algo que no tiene lugar en individuso sedentarios. Si la permanencia en la altitud es lo suficientemente prolongada como para que se dé el proceso de aclimatación, se puede ver que el VO2 max mejora, prioritariamente por la adaptación del transporte de O2. A pesar de todo, los valores de VO2max no llegan a los obtenidos a nivel del mar.
2- ADAPTACIONES CARDIOCIRCULATORIAS.
El débito cardíaco (frecuencia cardíaca y volumen sistólico durante un ejercicio submáximo, varía con el tiempo de exposición a la altura. En situación de hipóxia aguda, el débito cardíaco es más elevado que a nivel del mar para un nivel metabólico determinado. Este aumento depende directamente de la altitud. La curva de evolución del débito con la potencia, tiene el mismo aspecto que a nivel del mar, pero el débito cardíaco máximo se alcanza con un consumo de oxígeno menor. No obstante, este incremento relativo del débito cardíaco es transitorio, pues se atenúa progresivamente en algunas semanas, de tal forma que vuelve a valores similares a los obtenidos a nivel del mar.
Los factores determinantes del débito cardíaco (frecuencia cardíaca y volumen sistólico), evolucionan de forma sensiblemente diferente según la altitud y el tiempo de permanencia. Para un consumo de oxígeno dado, la frecuencia cardíaca es más desde la llegada a la altura, y la aceleración cardíaca es tanto más importante cuanto más elevada es dicha altura, hasta cierta cota.
En cuanto al volumen de eyección sistólico (Vs), para la mayor parte de los autores sufre una disminución con la llegada al altura. Para un nivel de ejercicio submáximo, sea cual sea, el Vs es inferior a su valor al nivel del mar, independientemente de la altitud o del tiempo transcurrido en ella. No obstante, a medida que el proceso de aclimitación se instaura con el tiempo, se observa que la frecuencia cardiaca y el débito cardiaco van mejorando con respecto a los primeros días de estancia en altitud.
3- ADAPTACIONES HEMATOLÓGICAS
En hipóxia aguda la sangre no puede compensar el defecto de oxigenación de los tejidos durante el ejercicio submáximo determinado, el aumento en el transporte de oxígeno por la sangre discurre en paralelo al débito cardíaco, menos importante que antes de la aclimatación.
El incremento del número de hematíes y de hemoglobina, despues de larga permanencia en altitud, presenta la ventaja de mejorar el transporte de oxígeno, disminuyendo el trabajo del corazón. Sin embargo, esta adaptación hematológica también presenta el inconveniente de aumentar viscosidad sanguínea y, en consecuencia, se incrementan las resistencias vasculares, lo que constituye un factor de aumento del trabajo del corazón.
Entre los diferentes beneficios que aporta el entrenamiento en altura, podemos destacar los siguientes;
- Los efectos beneficiosos del entrenamiento en altitud se ponen de manifiesto cuando se retorna a una situación de normoxia (a nivel del mar), favoreciendo determinados procesos fisiológicos.
- El entrenamiento en altitud contribuye a mejorar la vía energética oxidativa y la eficacia de la mioglobina, independiente de la mejora o no del componente hematológico.
- Mejora del transporte de oxígeno por el aumento de hematíes y de hemoglobina. En el músculo aumenta la densidad capilar y la concentración de mioglobina
- Se podría mejorar un aumento de la capacidad anaeróbica, o dicho de otra manera más técnica, la tolerancia-eliminación al lactato.
- Mejora de la capacidad tampón muscular siempre que se entrene en altura de suficiente calidad y durante un tiempo suficiente (no menos de 10 días).
- Favorece los mecanismos implicados en la ventilación.
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