El entrenamiento
personal está en pleno auge. Tanto en Estados Unidos, como en Europa, cada vez
hay más personas concienciadas de la importancia de contar con un profesional
formado que valore, planifique y supervise el ejercicio físico.
Las Ciencias del
Deporte son relativamente jóvenes respecto a otras Ciencias de más peso
histórico como puede ser la Medicina. Por ello, pocas son
las personas que reconocen el papel del entrenador personal como un profesional
imprescindible en el asesoramiento y en la planificación del ejercicio.
Sin embargo las
evidencias son claras, el ejercicio es medicina; según
argumenta el American College of Sports Medicine (ACSM, 2011), ya que actúa como cualquier fármaco (Vina et
al., 2012) en el que hay una relación entre la dosis y la
respuesta, con posibles efectos secundarios.
El ejercicio físico se
debe prescribir de forma minuciosa. Hay muchas variables a tener en cuenta que
van a afectar la respuesta neuromuscular, metabólica, hormonal, etc. Ya que prácticamente todo el organismo va a verse condicionado por
la dosis aplicada de ejercicio. No debemos olvidar que el
ejercicio presenta una serie de efectos secundarios, como las lesiones
musculo-esqueléticas y el infarto del miocardio.
Por tanto, un entrenador personal cualificado es imprescindible para alcanzar
mejoras en el organismo de forma segura y eficaz. Un entrenamiento personalizado se adapta a las
necesidades y preferencias individuales, generando mayor pérdida de
grasa (Byrne et al., 2006), mayor ganancia de masa muscular(Mazetti
et al., 2000; Storer et al., 2014), mayor ganancia de fuerza (Coutts
et al., 2004; Maloof et al., 2000; Mazetti et al., 2000; Ratamess et al., 2006;
Storer et al., 2014), mayor ganancia de potencia (Storer
et al., 2014) y mayor ganancia de capacidad
cardiorrespiratoria (Storer et al., 2014), en comparación con
entrenamientos no supervisados.
Además de todo ello, se ha demostrado en varios estudios que con entrenador personal se
aumenta la adherencia al ejercicio (Faulkner et al., 2010,
2014; McClaran, 2002) y que los resultados son mayores(Storer
et al., 2014).
La tabla 1 que se presenta a continuación
recopila todos los estudios hasta ahora publicados (en revistas científicas de
impacto internacional) sobre el efecto de entrenar con entrenamiento
personalizado.
Es curioso destacar
que en realidad hay muy pocos estudios científicos realizados
sobre esta temática. Es probable que la obviedad de los resultados esperados en
este tipo de estudios sea un factor clave.
En PTM (Personal Trainer Mallorca) queremos
acercar el entrenamiento personal a todos. Nuestro objetivo es que se
valore la figura del profesional cualificado que planifica y supervisa el
ejercicio físico. Queremos que se sepa que hay mucha Ciencia detrás del deporte y que es muy
importante estar al día de los últimos avances científicos.
Aún queda un largo
camino por recorrer ya que la profesión del entrenamiento personal está
totalmente desregularizada. Cualquier persona puede autoproclamarse entrenador
personal de la noche a la mañana, sin ninguna formación que
acredite que posee unos conocimientos y competencias suficientes. Nosotros partimos de la base, de que para ser un buen profesional de esta especialidad, debes poseer unos conocimientos y unas competencias básicas imprescindibles, que solamente vas a poder adquirir durante el transcurso de una carrera universitaria (INEF o CCAFyD).
Intentamos también
concienciar que lo más importante del entrenamiento personal es el valor del
conocimiento del entrenador, y por ello, su apariencia física no debe ser lo
más relevante. En Estados Unidos, y probablemente en España también, el motivo principal a la hora de escoger entrenador personal es la
apariencia física (Melton et al., 2008).
Un entrenador personal no tiene por qué
estar “cachas” para saber prescribir entrenamiento de hipertrofia. Aunque
siempre sea preferible predicar con el ejemplo, esta apariencia física no debe
prevalecer sobre el conocimiento y las competencias técnicas y sociales.
Tabla
1. Estudios científicos publicados en revistas de impacto internacional
sobre el efecto del entrenamiento personal
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Estudio
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Muestra
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Programa
de intervención
|
Resultados
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Conclusiones
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Byrne et al. (2006)
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74 hombres y mujeres con sobrepeso u obesos.38 ± 5 años.
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32 semanas de entrenamientoG1: entrenamiento con programa personalizado
mediante pulsómetro (control y seguimiento del gasto energético diario) +
consejos generalesG2: consejos generales estándar
|
G1 pierde más peso, más grasa y más perímetro de cintura que G2.Medido
con DEXA.
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Con entrenador personal se adelgaza más.
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Coutts et al. (2004)
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42 jugadores jóvenes de rugby.17 ± 1 año.
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12 semanas de entrenamiento de fuerza.G1: entrenamiento personalizadoG2:
entrenamiento no supervisado
|
El G1 mejoró en mayor medida la fuerza en las pruebas de 3RM en miembros
inferiores y superiores. Ambos grupos mejoraron la potencia y velocidad por
igual.
|
Con entrenador personal se gana más fuerza.
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Faulkner et al. (2010)
|
Adolescentes sedentarios.
|
16 semanas de entrenamiento personalizado ajustado a las
preferencias personales
|
La cantidad de actividad física moderada-vigorosa aumentó. Cuanto más
tiempo de actividad diaria mayores mejoras de la capacidad
cardiorrespiratoria.
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Un entrenamiento personalizado, ajustado a las preferencias personales y
actuando sobre el entorno familiar, aumenta la adherencia al ejercicio.
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Faulkner et al. (2014)
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39 adolescentes con diabetes tipo I, tipo II y obesos14 ± 2 años.
|
16 semanas de entrenamiento personalizado ajustado a las preferencias
personales
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La cantidad de actividad física moderada a vigoroso aumentó aunque no
llegó a los 60 minutos diarios recomendados
|
Un entrenamiento personalizado, ajustado a las preferencias personales y
actuando sobre el entorno familiar, aumenta la adherencia al ejercicio.
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Maloof et al. (2000)
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17 sujetos.18-65 años.
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6 semanas de entrenamientoG1: entrenamiento personalG2: entrenamiento en
grupo con poca supervisión
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El G1 mejoró la fuerza en mayor medida que G2.
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Con entrenador personal se gana más fuerza.
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Mazetti et al. (2000)
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20 hombres.25 ± 1 año.
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12 semanas de entrenamiento de fuerza.G1: entrenamiento personalG2:
entrenamiento no supervisado
|
El G1 aumentó más la carga utilizada para entrenar, mejoró en mayor
medida la fuerza y aumentó más la masa muscular que G2.
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Con entrenador personal se gana más fuerza y masa muscular.
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McClaran (2002)
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129 sujetos.20-65 años.
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10 semanas de entrenamiento personal
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Se evaluó la etapa en la que se encontraban los sujetos en los 5
diferentes estadíos del modelo transteórico de las etapas de cambio. 74
sujetos subieron 1 o 2 estadíos, 27 sujetos se mantuvieron (ya que no tenían
más estadíos arriba) y solamente 1 sujeto bajó de puesto.
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Un entrenador personal aumenta la adherencia al ejercicio.
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Ratamess et al. (2006)
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46 mujeres entrenadas.27 ± 7 años.
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3 meses de entrenamiento de fuerzaG1: entrenamiento personalizadoG2:
entrenamiento no supervisado
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Las mujeres del G1 auto-seleccionaron un peso absoluto y relativo (a 1RM)
mayor para poder completar 10 repeticiones que G2. Las mujeres del G1 tenían
más fuerza y eran menos propensas a creer en el falso mito de que el
entrenamiento de fuerza podría generarles “cuerpos de hombres”.
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Con entrenador personal se gana más fuerza y se ajusta mejor la carga de
entrenamiento en los entrenamientos sin entrenador, con carga
auto-seleccionada.
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Storer et al. (2014)
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34 hombres.30-44 años.
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12 semanas de entrenamiento 3 veces/semanaG1: entrenamiento
personalizadoG2: entrenamiento no supervisado
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El G1 mejoró la fuerza, la y aumentó masa muscular en mayor medida que
G2. Además, G1 mejoró la potencia y el VO2max mientras que G2 no
cambió.Antropometría medida con DEXA.
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Con entrenador personal se gana más fuerza, masa muscular, potencia y
capacidad cardiorrespiratoria.
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Wing et al. (1996)
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35 sujetos.40 ± 8 años.
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24 semanas de entrenamiento (andar 3v/s) + dieta (1000-1200kcal/dia)G1:
con entrenador personalG2: por libre
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La adherencia al programa fue la misma en ambos grupos y ambos perdieron
grasa por igual. Es posible que al hacerse una dieta muy estricta, el efecto
del ejercicio se vea diluido.
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Un entrenador personal no genera mayor adherencia al ejercicio.
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Biliografía:
Artículo escrito por Dr. Sebastien Borreani:
American College of Sports Medicine (2011). American College of Sports Medicine position stand. Quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory, musculoskeletal, and neuromotor fitness in apparently healthy adults: guidance for prescribing exercise. Medicine and Science in Sports and Exercise, 43, 1334-1359.
Byrne NM, Meerkin JD, Laukkanen R, Ross R, Fogelholm M, Hills AP. (2006). Weight loss strategies for obese adults: personalized weight management program vs. standard care. Obesity, 14:1777-1788.
Coutts AJ, Murphy AJ, Dascombe BJ. (2004). Effect of direct supervision of a strength coach on measures of muscular strength and power in young rugby league players. J Strength Cond Res, 18:316-23.
Faulkner MS, Michaliszyn SF, Hepworth JT. (2010). A personalized approach to exercise promotion in adolescents with type 1 diabetes. Pediatric Diabetes, 11:166–174.
Faulkner MS, Michaliszyn SF, Hepworth JT, Wheeler MD. (2014). Personalized Exercise for Adolescents With Diabetes or Obesity. Biological Research for Nursing, 16:46-54.
Mazzetti SA, Kraemer WJ, Volek JS, Duncan ND, Ratamess NA, Gómez AL, Newton RU, Häkkinen K, Fleck SJ. (2000). The influence of direct supervision of resistance training on strength performance. Med Sci Sports Exerc, 32:1175-84.
Maloof RM, Zabik RM, Dawson ML. (2001). The effect of use of a personal trainer on improvement of health related fitness for adults. Med Sci Sports Exerc, 33:s74.
McClaran. (2002). The effectiveness of personal training on changing attitudes towards physical activity.Journal of Sports Science and Medicine, 2:10-14.
Melton D, Katula JA, Mustian KM. (2008). The Current State of Personal Training: an Industry Perspective of Personal Trainers in a Small Southeast Community. J Strength Cond Res, 22:883–889.
Ratamess NA, Faigenbaum AD, Hoffman JR, Kang J. (2008). Self-selected resistance training intensity in healthy women: the influence of a personal trainer. J Strength Cond Res, 22:103-111.
Storer TW, Dolezal BA, Berenc MN, Timmins JE, Cooper CB. (2014). Effect of supervised, periodized exercise training vs. self-directed training on lean body mass and other fitness variables in health club members. J Strength Cond Res, 28:1995-2006
Vina J, Sanchis-Gomar F, Martinez-Bello V, Gomez-Cabrera MC. (2012). Exercise acts as a drug; the pharmacological benefits of exercise. British Journal of Pharmacology, 167:1-12.
Wing RR, Jeffery RW, Pronk N, Hellerstedt WL. (1996). Effects of a Personal Trainer and Financial Incentives on Exercise Adherence in Overweight Women in a Behavioral Weight Loss Program. Obes Res, 4:457-462
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