El músculo esquelético posee, en su constitución histológia, una población de células madre miógenas que reciben el nombre de células miosatélite por la posición que ocupan respecto a la fibra muscular, se disponen entre el sarcolema y la lámina basal (membrana exterior de la fibra muscular).
El hecho de que la célula miosatélite se encuentre confinada por la lámina basal explica que su papel, al menos fundamentalmente, se relacione intímamente con las necesidades de la fibra muscular a la cual se asocia, a saber, reemplazando segmentos degenerativos de la fibra muscular (regeneración), reparando pequeñas microlesiones que no conllevan la muerte de la fibra (reparación) o fusionándose con la fibra muscular para incrementar la dotación de mionúcleos (hipertrofia). Además, existe la posibilidad de que la célula miosatélite abandone la fibra msucular a la cual se asocia para formar nuevas fibras musculares en el espacio intersticial (hiperplasia).
Actualmente se investiga sobre su potencial terapéutico; en la enfermedades musculares genéticas, como ciertas miopatías en que las fibras musculares degeneran, las células miosatélite pueden actuar como elementos potenciales para trasplante, además de vehicular material génico que permita corregir algunos déficits genéticos en el músculo.
Las investigaciones recientes establecen que la población de células miosatélite es heterogénea. Existen diferentes poblaciones según su potencial proliferativo y de diferenciación, y se han establecido dos compartimentos funcionales diferentes: un compartimento proliferativo, formado por aquellas que se dividirían con el objetivo de mantener estable la población y permitir así que se disponga de una reserva adecuada para hacer frente a las necesidades proplásicas del músculo esquelético, y un compartimiento diferenciativo, formado por células satélite cuyo fin es fusionarse con la fibra muscular o con otros mioblastos.
Las células miosatélite son el elemento fundamental para la regeneración muscular, un complejo proceso espaciotemporal de acontecimientos moleculares, celulares e hísticos coordinados por los efectos de factores de crecimiento y componentes de la matriz extracelular, y las interacciones entre célula y célula y entre célula y matriz.
En él se incluye la determinación de las células miosatélite hacia la línea miógena, su proliferación, diferenciación, fusión en miotubos y maduración en fibras musculares. Se trata de un proceso similar, pero no idéntico, a la miogénesis embrionaria, con la cual comparte características celulares y moleculares comunes.
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